El Hércules desarbola al Almería tras una notable segunda mitad y desaprovecha seis ocasiones para dejar sentenciada la eliminatoria. Danciulescu y Sergio, goleadores

Las preguntas sin respuesta en el fútbol se acumulan en los días intersemanales de Copa del Rey. Casi tan difícil de explicar la derrota del Real Madrid en Alcorcón es encontrar palabras para describir la transformación experimentada anoche por los jugadores del Hércules tras el descanso de su partido ante el Almería.
La afición alicantina despidió entre pitos a su equipo tras el primer acto y, sólo 48 minutos después, abandonó el Rico Pérez enloquecida y convencida del ascenso. ¿El motivo? Una segunda parte notable en la que el Hércules coleccionó ocasiones de gol ante un Almería que acabó dando por buena la derrota por la mínima. Hasta ocho oportunidades manifiestas tuvieron los pupilos del "Boquerón", mientras Hugo Sánchez agotaba sus cambios defensivos y veía peligrar la eliminatoria. Ya con el tiempo cumplido fue Sergio Díaz quien cabeceó una falta botada por Sendoa y puso el miedo en el cuerpo a su rival, que se verá obligado a ofrecer su mejor versión en el partido de vuelta para conseguir su billete hacia los octavos de final.
El único tiro entre los tres palos del primer acto supuso el 0-1, obra de Ortiz, de cabeza, tras un primer testarazo de Chico. Nada más. El Hércules ni siquiera inquietó a Esteban y carecía de ritmo, chispa y velocidad. El Almería no necesitaba pisar el acelerador para poner en apuros a un rival plano y al que le sobrevenían los nervios y la precipitación.
La charla del "Boquerón" en el descanso tuvo efectos reparadores y casi milagrosos para sus jugadores. El Hércules salió a morder y encerró literalmente al Almería en su área. El empate llegó a los diez minutos de la reanudación tras una meritoria internada de Del Olmo en el área almeriense. Su centro raso desde la izquierda se paseó por toda el área pequeña y al final se topó con las botas de Danciulescu, que sólo tuvo que empujarla. La reacción del rumano fue sintomática: no celebró el gol, cogió el balón y lo dejó,a toda prisa, en el centro del campo para que se reanudara el juego.
El empate terminó de espolear al Hércules y el Almería no supo encajar el golpe. Sobrevinieron las ocasiones, tres de ellas de Sendoa, y Esteban Vigo lamentaba que el asedio blanquiazul se quedara sin premio. Hasta que Sergio Díaz, ya en el minuto 90, cabeceó un falta de Sendoa lejos del alcance del meta almeriense. Celebración por todo lo alto y merecidos besos y abrazos para uno de los jugadores más queridos en el vestuario por el calvario sufrido el pasado curso.

Fuente: http://www.diarioinformacion.com/hercules-cf/2009/10/29/sublime-reaccion/945756.html